Cuando llega el invierno los
supervivientes de los huertos turolenses son las espinacas y las coles. Un
amigo nuestro nos trajo ayer las últimas espinacas (con el hielo comienzan a
desmejorar) y una col.
Como nos quedan, imagino que como
a muchos de vosotros, todavía restos de alimentos que no hemos consumido en
navidades, en este caso langostinos, he preparado un plato que ha quedado muy
bien. Sabroso y saludable.
Ingredientes:
Espinacas
Ajos
Langostinos
Aceite de oliva del Bajo Aragón
Sal
Modo de hacerlo:
Lavar las espinacas muy bien, y
cortarles la raíz.
Sacar unos langostinos del
congelador y colocarlos en la nevera para que se descongelen.
Picar unos cuantos dientes de
ajo.
Colocar una olla al fuego y,
cuando comience a hervir, añadir sal y, a continuación, las espinacas. Dejar
cocer unos diez minutos. Echar las espinacas sobre un colador y dejar que
escurran el agua. Reservar.
Limpiar, mientras tanto, los
langostinos (se limpian mejor cuando están medio descongelados). Cortarlos en
trozos. Reservar unos pocos enteros.
Poner una sartén al fuego con
aceite de oliva del Bajo Aragón. Añadir los ajos picados.
Cuando comiencen a tomar color
añadir los trozos de langostino y los que han quedado enteros. A continuación,
las espinacas escurridas.
Añadir al conjunto una pizca de
sal y mezclar los ingredientes. Dejar freír hasta que estén en su punto.
Decorar
cada plato colocando los langostinos fritos sin cortar sobre la fritura.
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