miércoles, 7 de agosto de 2013

Crespillos de borraja, miel sobre hojuelas

La expresión miel sobre hojuelas hace referencia a una cosa buena sobre otra cosa buena. No le parecen miel sobre hojuelas a Sancho los azotes que recibe a insistencia de Don Quijote para que Dulcinea sea liberada de su encantamiento, en el capítulo LXIX de la segunda parte del Quijote (Del más raro y más nuevo suceso que en todo el discurso desta grande historia avino a don Quijote):
“Así como don Quijote vio rebullir a Altisidora, se fue a poner de rodillas delante de Sancho, diciéndole:
– Agora es tiempo, hijo de mis entrañas, no que escudero mío, que te des algunos de los azotes que estás obligado a dar por el desencanto de Dulcinea. Ahora, digo, que es el tiempo donde tienes sazonada la virtud, y con eficacia de obrar el bien que de ti se espera.
A lo que respondió Sancho:
– Esto me parece argado sobre argado, y no miel sobre hojuelas. Bueno sería que tras   pellizcos, mamonas y alfilerazos viniesen ahora los azotes.”
Quizá el primer postre elaborado sea la miel sobre hojuelas. Y, en caso de no encontrarnos con las convenientes hojuelas, siempre las podemos fabricar.
Nos dice Covarrubias que las hojuelas son “ciertas frutas de sartén hechas de masa extendida muy delgada, como hojas, de donde tomaron el nombre (…) Cuando una cosa tiene suficientemente lo que le basta, si sobre aquello se le añade cosa que la mejore, decimos vulgarmente que es miel sobre hojuelas”.
De lo que podemos deducir que se trata de masa de pan frita bañada con azúcar y miel.
En otro apartado de su obra asegura que “Miel sobre hojuelas” se cita “cuando a una cosa que es a propósito le sobreviene otra que le ayuda”.
Los crespillos aparecen citados en el DRAE de 1927, refiriéndose a las clemátides, dos especies de plantas recogidas por Dioscórides.
Las clemátides de las tierras turolenses son las borrajas, y sus hojas las hojuelas. Y estas hojuelas elaboradas y endulzadas son miel sobre hojuelas.
Hemos elaborado crespillos de borraja de la manera más antigua en el tiempo.
Ingredientes:
Hojas de borraja
Agua
Harina
Aceite de girasol
Azúcar
Miel
Modo de hacerlo:
Lavar las hojas de borraja y ponerlas sobre papel absorbente.
Preparar una mezcla con harina y agua, hasta que quede una masa parecida a la tempura.
Pasar las hojas de borraja por la mezcla.
Poner una sartén al fuego con aceite de girasol.
Cuando el aceite esté caliente ir añadiendo las hojas de borraja.
Una vez fritas se sacan de la sartén y se colocan sobre papel absorbente.
Se reparten en una fuente y se les echa azúcar por encima y, después, se bañan con miel.
Esta es, como hemos dicho, la receta más antigua. Hemos encontrado recetas en las que las hojas de borraja se pasan por harina y huevo, o la masa tiene añadidos como levadura, ralladuras de limón, incluso anís líquido, canela, o se bañan en leche unos minutos antes de rebozarlas,…
Pero, en fin, así de sencillas están sabrosísimas.
Se sirven de postre o de merienda.

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