En nuestros pueblos las conservas
se guardaban en las tinajas. Se conservaban en aceite casi todos los elaborados
de carne de cerdo, caretas, morcillas, tocinos, pero lo que tenía especial
relevancia, de cara al verano, a las siegas y a las trillas, eran las
longanizas, las costillas y los lomos. Este plato se puede elaborar con
cualquiera de estos ingredientes, o con todos juntos, y, lo que os puedo
asegurar, es que está buenísimo.
Ingredientes:
Arroz
Costillas de tinaja (una o dos
por comensal)
Una cebollas
Ajos
Un pimiento verde
Dos tomates maduros
Pimentón dulce
Vino blanco
Caldo de carne
Modo de hacerlo:
Picar las cebollas.
Picar el pimiento.
Picar unos cuantos dientes de
ajo.
Cortar un par de tomates maduros
en cuadraditos.
Colocar una olla al fuego con
aceite de la tinaja (o del bote de conserva).
Echar la cebolla, el pimiento y
los ajos picados.
Añadir una pizca de sal.
Añadir una pizca de sal.
Dejar freír hasta que se pochen
los ingredientes.
Incorporar los tomates troceados
y, cuando vayan soltando el agua, una cucharadita de pimentón.
Echar las costillas a la olla.
Sofreír todo junto y añadir el
vaso de vino blanco. Dejar que se evapore el alcohol.
Añadir el caldo, dejar cocer el
conjunto una media hora e incorporar el arroz (normalmente se considera que hay
que echar dos vasos de caldo por uno de arroz, pero, en este caso, tened
cuidado porque parte del caldo ya se habrá evaporado, por lo que hay que añadir
menos de la mitad de arroz que de caldo).
Unos
veinte minutos más tarde ya está elaborado el plato.
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