Afrodita es la diosa de las
diosas del amor (en cada mitología aparecen unas cuantas, pero ella es la más
representativa de todas). Aparte de la diosa del amor, en la mitología griega,
se la conoce como diosa de la belleza, de la lujuria del deseo y del sexo y la
reproducción. La acepción de la diosa del amor en el tiempo actual no tiene
nada que ver con el concepto del amor en su sentido romántico, sino en el
lujurioso, mero amor físico.
Homero la señala como hija de Dione.
Y da su imagen a otras diosas de otras culturas: Astarté en Fenicia, Venus en
Roma, Innana en Sumeria, Turán en Toscana (tierra de los etruscos),… Asirios,
chipriotas y fenicios también tenían sus diosas equivalentes.
Afrodita nació del océano y, con él
se la representaba, al igual que con delfines, cisnes, palomas, almejas,
vieiras y perlas. Y, en el monte, con los granados, manzanos, mirlos y rosas.
Hesiodo es, quizás, el que mejor
representa la historia del nacimiento de Afrodita. A Dione la presenta como
hija del océano. Posiblemente, siguiendo las historias de Hesiodo, podríamos
aventurar que Afrodita nace de de la unión de los genitales de Urano, cortados
por Crono, y arrojados al mar, al igual que Urano. Ello tuvo lugar durante la
titanomaquia (la guerra de los titanes), una serie de batallas libradas a los
largo de diez años entre los Titanes y los Olímpicos, dioses muy anteriores a
la existencia de los humanos. Pues bien, los genitales de Urano, en su unión
con el océano, que en aquellos tiempos se conocía como el mar que no se
encuentra sobre la superficie continental (piélago), se mantuvieron durante
mucho tiempo en el mismo. Del miembro inmortal surgía una blanca espuma y, en
medio de ella, nación Afrodita, joven y hermosa.
Como se trata de la cocina
apellidada afrodisíaca, cada vez que iniciemos un plato completaremos, poco a
poco la historia de los alimentos y los protagonistas relacionados con la
misma.
![]() |
Sandro Boticelli, "El nacimiento de Venus" |
Se trata de una pasta que suele
acompañar a las pasta (espaguetis, tallarines, macarrones,…).
Diversos autores señalan diversos
orígenes sobre la misma:
a) El
trabajo de las prostitutas en la Edad Media , en Italia, que solían hacer el
“fare lo squillo” o “il giro” (dar vuelta por las calles para atraer clientes),
requería de una ingesta alta en calorías.
b) Los
marinos napolitanos arribaban a la ciudad de Nápoles y cambiaban sus anchoas, y
otros productos, por placeres sexuales.
c) En
el restaurante “Rancho Fellone”, un socio de nombre Sandro Petti, ofrecía a los
clientes de última hora una “Puttanasa Qualsiasi” (cualquier puta cosa) y se
preparaban platos con los restos que solían quedar en un restaurante napolitano
a última hora..
Por curiosidad, nombro el
“Strascinati”, plato popular elaborado con pasta corta, parecida a un ñoqui
ahuecado realizado sobre una tabla de madera usando tres dedos (Strascinati
alla puttanesca) y servido en un restaurante de Buenos Aires llamado Spiage di
Napoli.
Los ingredientes afrodisiacos
La anchoas. Se preparan con los boquerones. Desde tiempos
inmemoriales en Grecia se les atribuía un potente poder afrodisíaco. Todavía siguen
considerando, los griegos, dicho poder.
El ajo. Proporciona salud y vitalidad permitiendo, por sus amplias
propiedades, un rendimiento sexual perfecto.
La receta
Ingredientes:
Aceite de oliva
Ajos
Perejil
Guindillas de cayena (al gusto,
con dos casi vale)
Anchoas (un par de latas en
aceite de oliva pueden ser bastantes)
Olivas negras sin hueso
Tomates pelados y enteros (valen
de lata)
Alcaparras
Orégano
Aceite de oliva del Bajo Aragón
Sal
Para la pasta: Agua, sal y pasta
Modo de hacerlo:
Picar las anchoas. Reservar.
Limpiar y picar los diente de ajo.
Reservar.
Lavar y picar el perejil. Reservar.
Trocear las olivas negras. Reservar.
Lavar, pelar y cortar los tomates
en trozos. Reservar (si son de bote cortarlos en cuatro partes).
Colocar una sartén al fuego con
aceite de oliva del Bajo Aragón.
Añadir los ajos troceados y, a
continuación, el perejil.
Cuando los ajos vayan adquiriendo
olor, añadir las anchoas a la sartén.
Remover el contenido de la sartén
y añadir las olivas troceadas.
Añadir, pellizcando, la cayena al
gusto.
Añadir los tomates y picarlos con
un tenedor.
Una pizca de sal y otra de azúcar
ayudarán a quitarle a acidez a los tomates.
Cuando los tomates pierden líquido,
añadir las alcaparras.
Ya solo queda reservar la salsa y
emplatar.
Colocar una olla al fuego con
agua.
Cuando comience a hervir, añadir
sal.
Echar los espaguetis y dejar que
se hagan (de ocho a diez minutos).
Sacar los espaguetis y pasarlos
por un colador. Retirar toda el agua.
Colocar los espaguetis en un
plato y la salsa encima. Espolvorear con orégano y adornar con perejil o
alcaparras.
Anque no me quedó tan bonito pero de sabor ni te cuento , un éxito.
ResponderEliminar