lunes, 28 de diciembre de 2015

Almendras garrapiñadas

Sobre la almendra Covarrubias nos cuenta “(…) Hay un proverbio que dice: «En tierra de señorío, almendro y guindo, y en tierra real, noguera y moral», dando a entender que no se han de echar muchas raíces ni perpetuarse los hombres de alguna calidad en tierra de señores, porque puedan tener libertad de pasarse con su hacienda mueble a do se hallaren mejor, y si plantaren árboles sean los que presto dan fruto y presto se acaban, como es el almendro y el guindal (…)”, y más delante cita otro proverbio: «Antes moral tardío que almendro florido».
La Academia de la Lengua dirige la voz garrapiñar a garapiñar y a garrafinar. Sin embargo entiende que garrapiñado es una palabra que define a las almendras bañadas en almíbar que forma grumos.
Garapiñar, en su última acepción, es bañar golosinas en el almíbar que forma grumos.
En su sentido culinario garrapiñar es la acción de bañar un fruto seco o una golosina en azúcar hecho caramelo de modo que este se solidifique formando grumos.
Al igual que las almendras, se pueden someter a garrapiñado otros frutos secos e, incluso, unas cortezas de cerdo.
Cuando se han garrapiñado dichos productos los podremos guardar en botes de cristal o plástico pues se conservan durante mucho tiempo dulces y crujientes.
Hay que tener en cuenta que provocan adicción (en casa lo hemos notado).
Ingredientes:

Medio kilo de almendras
Medio kilo de azúcar
Tres cuartos de litro de agua

Modo de hacerlo:
Colocar una sartén en el fuego y añadir el agua, el azúcar y las almendras.

Dejar cocer hasta que se consuma todo el líquido y el azúcar empiece a burbujear.
Separar la sartén del fuego y, ayudados por una cuchara de palo, remover los ingredientes de forma constante hasta que el azúcar quede pegado a las almendras.
Si se desea que los garrapiñados se doren un poco más (al gusto) colocar de nuevo la sartén en el fuego. No dejar de remover, para que no se peguen.

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