Aunque esta apreciación ya la he hecho en otra publicación de mi blog,
considero que actualizándola no pasa nada y tenemos más información sobre los
rebollones.
En algunas partes de los Montes Universales se llama mizclo al rebollón. El
rebollón (Lactarius deliciosus) es una de las setas más populares y comunes en
toda España, siendo muy buscada y apreciada por los aficionados, aparte de ser
la especie que más comercio mueve en todo el país.
Abunda en los pinares, tanto en los de repoblación como en los de pino
silvestre. Es simbiótico de las coníferas, por ello hay que buscarlo en los
montes de pinos. Los rebollones son muy fáciles de reconocer por su aspecto y
especialmente por el látex color zanahoria que exudan de sus heridas, lo que
las convierte en hongos muy seguros, ideales para los seteros principiantes.
Tienen la ventaja adicional de ser muy abundantes en los pinares serranos
por lo que su búsqueda resulta entretenida y gratificante.
Recibe el nombre de rebollón o
rebichuelo en Aragón, níscalo en castellano, rovelló o pinetell en catalán,
esne gorri en euskera y fungo da muña en gallego.
Es un buen comestible, muy bueno si se cocina adecuadamente. Catalogado
como excelente al horno o a la parrilla. Suele guisarse con aceite de oliva,
cebolla, ajo, vino blanco, harina y sal. Magnífico complemento de los guisos de
carne. Excelente en guisos de caza (perdiz, conejo o liebre). Muy bueno en
guiso con patatas y chorizo.
Y guisado con lentejas, judías blancas, garbanzos,… resulta exquisito.
Ingredientes:
Lentejas
Rebollones
Cebolla
Zanahoria
Medio pimiento verde
Tomate
Agua
Aceite de oliva del Bajo Aragón
Sal
Modo de hacerlo:
En primer lugar hay que lavar y limpiar los rebollones, y ponerlos en una
escurridera para que suelten el agua.
Colocar una sartén al fuego con aceite de oliva del Bajo Aragón y añadir
los rebollones cortados en trozos no muy grandes. Dejar freír hasta que queden
blandos (siempre podremos utilizar rebollones congelados porque me consta que,
habelos, haylos en casi todos los lares turolenses).
Retirar los rebollones de la sartén y reservarlos.
Colocar una olla al fuego con las lentejas, la cebolla cortada por la mitad,
la o las zanahorias peladas, y el pimiento cortado en cachos. Podemos añadir,
que aquí nos sobran, un hueso de jamón (para que le dé más consistencia al
potaje).
Echar agua que cubra los componentes y poner a cocer. Cuando comience a
hervir bajar la temperatura a fuego lento. Cuando las verduras estén en su
punto, apagar el fuego.
Retirar de la olla la cebolla, las zanahorias y el pimiento.
Colocar el tomate pelado, la cebolla, la zanahoria y el pimiento en una
batidora y picar los ingredientes.
Añadirlos a la olla donde se encuentran las lentejas.
Añadir los rebollones cortados a piazos.
Dejar cocer el conjunto hasta que todo esté completamente cocinado.
Probar de sal y salpimentar.
Cuando se emplate puede añadirse un chorrillo de aceite de oliva en cada
plato sopero.
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