Recao es la expresión
navarro-aragonesa para definir el recado. En 1737 la Academia de Autoridades se
refiere al recado, en una de sus acepciones, como la prevención o provisión de
todo lo necesario para algún fin, incluyendo también la diaria provisión, que
se hace de la Plaza o tiendas, para comer. Después de analizar los distintos
diccionarios podremos establecer que el
recao se refiere, en general, al conjunto de objetos necesarios para hacer ciertas
cosas y, entre ellas, a nivel particular, el conjunto de alimentos con los que
se cubrirán los gastos de energía del trabajador o trabajadores, en nuestro
caso, agricultores.
Existen, en la actualidad, dos
elaboraciones culinarias cuyo nombre señala al recao: el recao de Binéfar y las
tortas de recao. El primero es un plato contundente, de origen oscense, que
reemplaza, como bien señaló Teodoro Bardají, erudito y escritor culinario
nacido en Binéfar, que acabó como cocinero en el Ducado del Infantado, en las
montañas aragonesas, al cocido. Sus ingredientes principales son judías
blancas, arroz y patatas, aunque se adiciona también, siempre que se puede, con
carnes, jamón o tocino. Las tortas de recao, presentes en la región murciana,
son tradicionales en la época navideña.
José Luis Acín Fando y Matilde
Fernández Montes, en su obra “Etnología de las Comunidades Autónomas” (obra
homenaje a Julio Caro Baroja), analizan las características de nuestra cultura
popular dentro de una diversidad de factores. Citan a los del “recao” como las
personas encargadas de llevarle al pastor, que cuidaba todos los rebaños del
pueblo en época estival y hasta bien entrado el otoño, una vez por semana todo
lo que necesitaba, basándose en un orden jerárquico, pues primero iba el que
más cabezas de ganado poseía y después los demás por orden decreciente.
Edgardo Garrido Merino, en su
obra “El hombre de la montaña”, describe una comida de los protagonistas en
Jaca, parada del viaje que les lleva a Ansó, que transcribimos por el interés
culinario que suscita: “Comieron en mesa redonda, a la que sentábanse labriegos
y trajinantes (…) Se servían platos populares de la cocina aragonesa: unos
daban cuenta del recao, guiso humeante de patatas, judías y arroz; otros
hartábanse de boliches con chorizos y morro de cerdo; aquellos de borrajas
hervidas y aliñadas con el buen aceite de Alcañiz. Gustaron de un caldo, dorado
por ojos de enjundia; de los espárragos montañeses y de unas costillas asadas
al uso de la tierra. Agustina explicó a Basilia cómo se hacían los espárragos.
Eran colar de cordera, de las que marcan para la cría, dejándolas rabonas, muy
rehogadas y fritas a la sartén”.
En nuestra tierra, cuando
llegaban los tiempos de la siembra, la siega o la trilla, los agricultores se
desplazaban a las masadas, llevando los animales, los aperos necesarios y el
recao, que era la comida para los días que durasen las labores.
Como es normal los alimentos no
eran perecederos.
La receta que hemos recogido
proviene del Bajo Aragón. El recao masovero que presentamos comparte con el de
Binéfar las patatas. Las judías y el arroz son reemplazados por los fideos.
Ingredientes:
Patatas
Fideos
Conejo adobado en trozos
Ajos
Aceite de oliva del Bajo Aragón
Agua
Sal
Modo de hacerlo:
Escurrir los trozos de conejo
adobado.
Pelar, lavar y cortar las patatas
en trozos regulares.
Colocar una olla al fuego con
agua. Cuando comience a hervir añadir las patatas y los trozos de conejo.
Pelar los dientes de ajo y
cortarlos en cuadraditos.
Colocar una sartén al fuego con
aceite de oliva del Bajo Aragón y freír en ella los ajos.
Cuando las patatas estén casi
cocidas (alrededor de quince minutos), se añaden a la olla el contenido de la
sartén y los fideos. Se deja cocer unos diez minutos más, se saca del fuego y
se sirve.
Ha de quedar un plato caldoso
(sin pasarse).
Como
es normal, cada recao, y en cada masada, puede llevar diferentes ingredientes,
pues se basan de lo que se disponga en las diferentes dispensas. Pueden
cambiarse los fideos por arroz, puede cambiarse el conejo por conservas
(costillas, lomos, longanizas), pero siempre se realizarán con alimentos no
perecederos (conservas, escabeches, adobos,…).
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