Las horteras son platos que,
tradicionalmente, se elaboran en el Bajo Aragón y el Matarraña. Las gentes de los pueblos se
acercan a pasar el día a los huertos para cuidarlos, amañarlos, regarlos, apañarlos
y mimarlos, y se confeccionan comidas para ser consumidas por los huertanos,
familiares y amigos. A estas comidas se les denominan horteras.
En 1734 la Academia de
Autoridades define hortera como “Escudilla de palo, que ordinariamente usan los
pobres, y la traen colgada a la cintura para recibir la comida que les dan, y,
en algunas provincias de España es el uso común de las casas pobres”.
Desde esta definición han pasado
muchos años, pero hay un plato específico en la provincia de Jaén, la
pipirrana, para cuya elaboración y presentación se vendían hasta hace poco
tiempo cuencos de madera. La pipirrana tiene mucho que ver con las horteras,
pues sus ingredientes también provienen de la huerta: tomates, ajos y
pimientos.
Para hacer las horteras bajo
aragonesas se necesitan unos ingredientes sencillos, pero específicos, que
sirven para su identificación como tal: Conservas (fritos en aceite) como
puedan ser los lomos, costillas, longanizas, morcillas, orejas, rabos,
caretas,… (en fin, todo lo proveniente de la conserva del gorrino), caracoles
(que no falten) y productos del huerto (pimientos rojos y verdes, cebollas, tomates,
zanahorias, calabacines, patatas, ajos y verduras diversas). El aceite para su
preparación se aprovechará del contenido en el recipiente de la conserva.
En
su momento ya realicé una hortera basada
en la hortereta de
l´hort propuesta en el portal de difusión de la comarca del
Matarranya (en el apartado Taller de cocina Mattarranya a la cassola), y
realizada por la amas de casa El Pilar, de La Fresneda. Recibí
una colaboración estupenda por medio de un mensaje de La Fresneda para mejorar el
plato.
La
hortera más conocida es la que lleva el nombre asociado de Torre del Compte.
La hortera que he preparado en
esta ocasión, a modo de ejemplo, la muestro a continuación.
Ingredientes:
Conserva (en este caso morcillas
y costillas)
Un pimiento verde
Un pimiento rojo
Una cebolla
Zanahorias
Un calabacín
Tomates maduros
Patatas
Ajos
Unas hojas de acelga (puede
añadirse cualquier otra verdura)
Caracoles
Agua
Modo de hacerlo:
Se supone que los caracoles los
tenemos cocidos.
En un bol vamos echando los
siguientes productos conforme los vayamos preparando.
Cortar, limpiar y picar los
pimientos.
Cortar la cebolla y cortarla en
cuadraditos.
Pelar y picar las zanahorias.
Pelar y picar el calabacín.
Limpiar, pelar y picar los
tomates.
Pelar y picar un par de dientes
de ajo.
Limpiamos y picamos unas hojas de acelga (puede ser cualquier otra verdura e, incluso, mezclar varias). Reservar.
Limpiamos y picamos unas hojas de acelga (puede ser cualquier otra verdura e, incluso, mezclar varias). Reservar.
Colocar una olla al fuego y echar
en ella aceite del tarro de la conserva.
Añadir las costillas y las
cebollas y refreír.
Un momento después, añadir el
contenido del bol (pimientos, ajos, tomates, cebolla,…).
Mientras se sofríen los
ingredientes, pelamos y cortamos el calabacín.
Lavamos, pelamos, volvemos a
lavar y cortamos las patatas a gajos.
En este caso, en el que en la olla
hay morcillas, las retiramos para que no se abran y dejamos todo lo demás.
Añadimos el calabacín.
Regiramos la olla para que todos
los ingredientes se mezclen bien y se vayan haciendo conjuntamente.
Añadimos los caracoles.
Seguimos volteando la cazuela.
Añadimos las patatas y las hojas de acelga o verduras variadas.
Dejamos un rato que se poche el
conjunto y añadimos agua hasta cubrir todos los ingredientes.
Salamos al gusto.
Se deja cocer el conjunto entre
veinte minutos y media hora. Diez minutos antes incorporamos las morcillas que
habíamos apartado.
Se supone que, según sea el
número de comensales echaremos conserva para cada uno de ellos. En nuestro caso
dos morcillas y cuatro costillas (para dos personas -y nos ha dado para dos
pitanzas-).
Una vez pasado el tiempo de
cocción ya se puede retirar del fuego y servir.
Nota importante:
Las fotos se han realizado sin caldo para poder mostrar mejor los ingredientes.
En realidad, la sopa de este guiso está sabrosísima por lo que, al servirse, ha
de ser en plato hondo y cubierto de sopa. A mano pan para sucar y un buen vino
del Bajo Aragón.
Tiene muy buena pinta, consistente, perfecto para esta época, bueno cuando se trabaja la huerta, que lleva tanto esfuerzo, viene bien en cualquier momento
ResponderEliminarSaludos